Desafío

Implementar y posicionar una cultura del valor social; tales como: comercio justo, asociatividad y solidaridad, basados en el talento y las capacidades humanas, representadas tanto en manufacturas de productos, como en ofertas de oficios y servicios profesionales, generando redes de trabajo colaborativo para el desarrollo de un nuevo sistema de intercambio, que pone a las personas en el centro y desarrolla un consumidor-ciudadano, comprometido, sensible y dispuesto a priorizar sus adquisiciones con una cadena de valor social y solidaria, siendo parte de un proceso sistémico y consciente del consumo, de la producción y del ciclo de vida.